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Especialista del Senamhi analiza las decisiones tomadas en el sector agrícola hasta el momento, en un contexto donde se anunció con tiempo que no habría agua suficiente para riego.

El especialista del SENAMHI Piura, Héctor Yauri Quispe, analiza la grave situación de déficit hídrico que afecta a la región. Según explica, esta crisis tiene raíces climáticas complejas, como la falta de lluvias recientes y el aumento de las temperaturas, que han incrementado la evaporación del agua disponible en todos los aspectos. Un factor crítico fue la sequía del pasado marzo, un mes que suele ser clave para recargar los embalses, pero en este año se registró hasta un 60% menos de lluvias.

  • ¿La crisis hídrica apareció de manera imprevista? ¿No estuvimos preparados?

No es la primera vez que enfrentamos una situación en la que la naturaleza nos obliga a tomar decisiones a corto plazo; ya estamos inmersos en una emergencia. No se trata de un peligro inminente, sino de un escenario en el que las deficiencias en las lluvias son claras. Aquí se presenta un error de conceptualización: afirmamos que estamos en déficit hídrico porque no ha llovido en los últimos meses, pero la causa no es solo la falta de lluvias recientes o la ausencia de precipitaciones en este momento. Todos sabemos que las lluvias siguen un ciclo natural, que puede ser alterado por la intensidad del clima o el cambio climático. Este ciclo indica que, a partir de mayo, junio, julio y agosto, no se esperan lluvias en el continente.

Por lo tanto, la situación de déficit hídrico en la que nos encontramos se debe en parte a la escasez de agua en los ríos principales, como el Catamayo y, sobre todo, el Río Chira. Esto responde principalmente a un problema con el ciclo biológico durante los meses de lluvia, de enero a abril, lo que impidió que se acumulara suficiente agua en los cauces.

Sabemos que 2024 ha sido un año particularmente seco, fueron febrero y marzo los meses más secos en términos de precipitaciones dentro toda la región (Perú, Ecuador y Colombia). En marzo, las lluvias fueron entre un 40% y un 60% menores al promedio, lo que impidió el llenado adecuado de los reservorios.

  • Ya desde marzo se conocía la situación de escasez de agua. ¿Deberíamos haber sido más cautelosos al tomar decisiones?

Este 2024 ha sido un año extremadamente cálido, con olas de calor consecutivas desde enero. El intenso calor y la escasez de lluvias han provocado la evaporación de la poca reserva de agua que teníamos. Lo poco que se acumuló se perdió debido a estas condiciones. Desde mayo, se reportaron incendios forestales en Ecuador, y ya desde ese mes se evidenciaba la falta de recursos hídricos. Ya estábamos advertidos de lo que podría suceder en Perú, ya que esta condición es regional. La baja humedad es una de las principales causas de la falta de precipitaciones. La naturaleza nos está enviando señales que debemos interpretar para planificar el futuro. Las sequías son un proceso acumulativo. Por ejemplo, la Meseta Andina lleva más de 150 días sin precipitaciones.

  • Aunque ya se sabía que 2024 sería un año seco, el Gobierno Regional emitió un anuncio asegurando que había suficiente recurso hídrico para lanzar las campañas agrícolas. Los agricultores confiaron en esta información y, a tres cuartas partes de la campaña, ya enfrentan pérdidas. ¿Por qué no se escuchó a SENAMHI en su momento? Ustedes, como autoridad técnica especializada, ya lo habían advertido.

Cada año presenta condiciones diferentes, y la información técnica que emitimos se toma generalmente como recomendaciones de posibilidad, pero no como base para la toma de decisiones. Esto es lo que falta: incorporar la información técnica del Senamhi de manera efectiva en el proceso de toma de decisiones. Es una brecha que aún debemos cubrir.

  • ¿Se toman más decisiones políticas que técnicas?

Esa es una cuestión que deben responder los asesores. Los hechos ya nos muestran la importancia de este enfoque. Toda decisión debe tener un respaldo político, pero siempre fundamentado en un soporte técnico sólido.

  • Por el contrario sería irresponsable, ¿no?

A pesar de la falta de responsabilidad en algunos aspectos, la naturaleza ha sido relativamente benevolente con Piura.

Tomemos como ejemplo el fenómeno del Niño Global de 1998, según lo analiza Senamhi, cuando la cantidad de lluvias y los impactos en todos los sectores fueron tan devastadores que no tienen comparación con ningún otro evento posterior. En 2017, por ejemplo, solo llovieron 80 milímetros, menos de la mitad de lo que ocurrió en 1998, y aún así los efectos fueron significativos.

Esto demuestra que estamos a tiempo de cambiar nuestra perspectiva y prepararnos, ya que en cualquier momento la naturaleza podría enviar otra anomalía y no estaríamos listos para enfrentarla.

  • Usted me está queriendo decir que la naturaleza nos está poniendo a prueba, ¿tenemos que aprender la lección ahora?

Sí, mira lo que pasa en España, lo que pasa en Alemania. 

  • Tenemos décadas de lluvias y, por ejemplo, todavía no aprendemos a hacer pistas, tenemos poca capacidad de aprendizaje, ¿no?

Desde 1998 hasta la fecha, han surgido nuevas formas de abordar estas condiciones, como la implementación de obras de mitigación y prevención que se adapten a la realidad actual. Sin embargo, son pocas las iniciativas concretas. Seguimos utilizando la misma tecnología y metodologías de antes.

En los últimos años se han propuesto los tanques de tormenta, que, a pesar de sus deficiencias, presentan cierta funcionalidad, pero aún no se han puesto en marcha. Las universidades deberían estar realizando pruebas y ensayos para evaluar su efectividad, con el fin de estar preparados para utilizarlos en el momento adecuado.

  • Ingeniero, es necesario incorporar un criterio de seriedad. Senamhi proporciona la información, como usted menciona, pero ésta a menudo queda solo en el papel. Un claro ejemplo es la actitud del Ministerio de Agricultura, quien parece tomar la información a la ligera. Ustedes emiten pronósticos ¿existen normativas que obligan a las autoridades a tomar en cuenta lo que Senamhi entrega?. ¿Acaso hay alguna regulación al respecto? ¿O es que precisamente esto es lo que falta para que se les dé la seriedad que requieren?

Las políticas públicas son transversales. La información que emite Senamhi, desde su perspectiva y alcance, no suele ser tan específica como para decir directamente “no siembren”. Para esos casos existen otros espacios de discusión y concertación. La gestión de peligros y riesgos está a cargo del Gobierno Regional, mientras que la gestión del recurso hídrico corresponde a la ANA. Senamhi participa en estas reuniones, y los usuarios están informados sobre la situación. Por lo tanto, este es un tema bastante complejo.

  • Es ilógico que se decida hacer algo cuando ya hay un anuncio de que no va a tener los recursos suficientes para hacerlo. 

Tomar una decisión a ese nivel implica asumir un riesgo considerable. Para mitigar ese riesgo, deberían existir medidas adicionales de contingencia, como planes de emergencia y la implementación de al menos 200 pozos en puntos estratégicos.

En ese sentido, aún hay mucho por hacer. Aunque conocemos los volúmenes y la capacidad de las aguas superficiales, nos falta información sobre la distribución de los volúmenes de los acuíferos en Piura.

Esta información debería actualizarse. Si vamos a abrir acuíferos en los pozos existentes en la ciudad, ¿sabemos dónde se encuentran los centros de recarga de estos acuíferos? ¿Cómo se está desarrollando urbanísticamente la ciudad? Las nuevas zonas urbanas podrían coincidir con áreas de recarga de acuíferos. Si no evaluamos adecuadamente esta fuente vital para el futuro, y no implementamos un buen ordenamiento territorial que permita su recarga, estaríamos actuando de manera negligente.

Por ejemplo, uno de los problemas que hemos tenido con ANA, es la sedimentación excesiva (en Poechos). Esto ha causado una acumulación de sedimentos en los últimos años, lo que ha generado inconvenientes. La principal razón de esto radica en el mal manejo de las cuencas en las zonas altas.

  • Y no hay reforestación, no?

Actualmente, no se están llevando a cabo procesos de reforestación, lo que dificulta la implementación de proyectos sostenibles. Sin embargo, una de las medidas inmediatas que se está comenzando a aplicar es la infraestructura natural, un enfoque innovador orientado a restaurar y proteger los ecosistemas. A diferencia de la reforestación, que toma un largo proceso para lograr sus objetivos.

  • Hemos analizado lo sucedido y las lecciones que ya deberíamos haber aprendido. Ahora, ¿cuáles son los aprendizajes que los piuranos debemos considerar para los próximos meses, especialmente entre noviembre, diciembre y enero?

En cuanto al futuro, los cambios observados en los últimos años indican que el inicio de las lluvias se está retrasando y extendiendo hasta abril. Esta nueva realidad está condicionando la actividad económica y la disponibilidad de recursos hídricos en nuestra región, lo que requiere que Piura se prepare mejor para los próximos años.

Si analizamos la distribución de lluvias, entre octubre y diciembre se concentra casi el 20-30% del total anual. Sin embargo, las lluvias que se presentan en esta época son escasas. Incluso si lloviera lo que debería en estos meses, no cambiaría la deficiencia hídrica actual. En este sentido, noviembre es el mes más seco. Hasta el 15 de noviembre, hemos tenido solo dos días de lluvia en la región.

En la sierra de Piura, especialmente en la zona ecuatorial, también han sido pocas las precipitaciones. Mientras tanto, la lluvia ha comenzado de manera gradual en la sierra oriental y la selva del norte, pero no ha llegado a la parte occidental. En la cuenca del Pacífico, que incluye gran parte de Piura, Lambayeque y Cajamarca, así como el Catamayo, no se registran lluvias.

  • ¿Entonces también le está afectando a Olmos?

En menor cuantía. (Esta situación) Más le está afectando a Piura y en la parte de Ecuador. Pero sí ha sido afectado. 

  • Ya nos está diciendo usted que hay pocas lluvias, hablamos de un 20%, entonces sobra aún el 80% de lluvias, ¿cuándo vendrán estas precipitaciones? 

El pronóstico emitido indica que no existen condiciones para un fenómeno de El Niño, y la probabilidad de que ocurra es muy baja. El escenario más probable sugiere condiciones de frío, con una posible Niña débil durante los meses de verano, pero ubicada en la parte central del océano Pacífico. Sin embargo, en la parte cercana a la costa de Perú y Ecuador, se espera que prevalezcan condiciones neutras.

Se anticipa que estas condiciones se normalizarán hacia el verano. Hasta ahora, no se prevé la aparición de lluvias durante esta temporada. En la sierra norte de Piura, las precipitaciones serán inferiores a lo normal, con pocas lluvias esperadas hasta diciembre, y con una tendencia a extenderse hasta enero.

  • Si nos referimos a la normalización de las lluvias para el verano de 2025, entonces podríamos esperar que haya suficiente agua para una campaña agrícola grande, ¿correcto?

Sí, así es.

  • En términos sencillos, los agricultores deben estar conscientes de que es probable que la campaña grande no pueda iniciarse debido a la falta de agua. Terminaremos la campaña chica con un déficit hídrico, y si las lluvias que se aproximan son bajas, no tendremos suficiente agua para la campaña grande. Es crucial reflexionar sobre esto y planificar adecuadamente los cultivos, ¿verdad?

Dado que noviembre terminará con déficit y diciembre comenzará bajo las mismas condiciones, si planeamos la campaña grande para finales de diciembre, el panorama será deficitario. Las condiciones meteorológicas están sujetas a la estacionalidad, ya que estamos entrando en diciembre y se aproxima el cambio hacia el verano.

Todo dependerá de cómo estas condiciones se desarrollen y nos permitan prever el futuro, especialmente en cuanto a las lluvias de verano. Es posible que se produzca este cambio, o que las condiciones persistan hasta enero. Por lo tanto, es fundamental utilizar la información disponible al momento de planificar la campaña.

  • ¿Es mejor no arriesgarse?

Existen diversas maneras de enfrentar estos riesgos, como sembrar cultivos que requieren menos agua. Cualquier acción o decisión debe ser tomada no solo a nivel de gestión, sino también por parte de los agricultores, quienes deben considerar este tipo de información al momento de planificar sus cosechas. 

  • Ingeniero, ¿cuál sería el mensaje técnico que le transmitirá a nuestras autoridades actuales, considerando que también están a la expectativa de este período de lluvias?

En el Senamhi, además de proporcionar información para el conocimiento público, estamos en capacidad de participar activamente en la elaboración de planes y estrategias. Contamos con especialistas en diversas áreas, como hidrología y agrometeorología, que pueden aportar significativamente a la planificación y ejecución de acciones frente a los riesgos meteorológicos. Nuestra información es clave para fundamentar decisiones que anticipen y mitiguen el impacto de estos eventos.

Es fundamental involucrarnos de manera proactiva con los escenarios inestables que la naturaleza está mostrando en diversas partes del mundo. Solo a través de la prevención y la preparación podremos enfrentar con mayor eficacia los desafíos climáticos que podrían presentarse en nuestro país.

No habrán lluvias

Al cierre de la entrevista, Yauri Quispe precisó que, durante el periodo de diciembre de 2024 a enero de 2025, las lluvias serán escasas en la costa norte de Piura. En contraste, en la sierra de la región, las precipitaciones se mantendrán entre niveles normales e inferiores. Datos oficiales del Senamhi.

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