Después de meses de tentativas de disoluciones y vacancias por fin ambas ocurrieron el 7 de diciembre de 2022, pero este encuentro entre el poder ejecutivo y legislativo no ha terminado, continuará hasta que encuentren su «equilibrio», que no necesariamente es el deseado por todos. Pero el problema que enfrentamos actualmente es tan viejo como la humanidad y es ilustrado en uno de los escritos más antiguos de la historia, en un poema.
El poema de Gilgamesh narra la historia sumeria del rey de Uruk, ciudad situada en la actual Irak, que nos relata la manera como el rey organizó asombrosamente la ciudad, con hermosos palacios y templos, tiendas, mercados y plazas públicas para beneficio de sus habitantes. Pero el poder lo convirtió en un gobernante déspota que abusaba de sus ciudadanos, quienes clamaban ayuda a su dios Anu diciendo: ¿Debería un pastor atacar a su propio rebaño?
La solución de los dioses al problema de Gilgamesh fue crear a otro ser que pueda tener su misma fuerza y valor, por eso enviaron a Enkidu, para que luche contra él y Uruk pueda encontrar la paz. Ambos se encuentran y pelean ferozmente, pero después del enfrentamiento ocurre lo impensable, se hacen amigos. Pero ¿qué es lo que pasó en esta historia de 4200 años? ¿por qué no hubo la libertad y paz deseada en la ciudad de Uruk?
Este antiguo relato tiene vigencia para explicar la crisis que estamos viviendo, si quisiéramos contextualizar el poema de Gilgamesh a nuestra realidad, diríamos que Gilgamesh es el poder ejecutivo quien gobierna al Estado y con la finalidad que no opere con excesos en su gestión, se ha creado a Enkidu, que sería el poder legislativo, para que brinde los «controles y contrapesos», de esta manera ambos se pueden regular.
Esperar que ambos puedan autorregularse es una quimera, cuando el poder es ostentado por un presidente fuerte obtenemos una Asamblea Constituyente a su medida, cuando el Congreso es el poderoso, puede destituir o vacar al presidente hasta lograr la cuota de poder requerido por los partidos políticos que la conforman mediante el denominado «gabinete de consenso».
Pero como en el poema, ambos poderes pueden pelear cruentamente, para luego ser aliados y encontrar el «equilibrio» conveniente para ellos, es decir, los contrapesos entre los poderes no funcionan por sí solos, por eso es vital que la sociedad se involucre en la política para conseguir el verdadero equilibrio basado en la libertad, caso contrario, repetiremos la frase triste de la canción La balada del pianista: «Se repite la historia, solo cambia el actor».